Cuando se trabaja en altura, se suele exigir el uso de un arnés anticaídas. Sin embargo, aunque le protege de una caída mortal, no puede protegerle de otro fenómeno físico: el trauma por suspensión.
El trauma por suspensión (shock ortostático por suspensión o síndrome del arnés) puede producirse tras una caída y se amplifica cuando el usuario del arnés permanece suspendido e inerte.
En cuanto se detiene la caída, las correas del arnés ejercen una presión importante sobre el cuerpo, que se acentúa en las piernas, la pelvis y el torso. La presión de las correas impide el flujo sanguíneo normal, reduciendo así el flujo de sangre oxigenada a los pulmones, el corazón y el cerebro.
Esta falta de oxígeno daña rápidamente estos órganos vitales, y se produce una situación potencialmente mortal: accidente cerebrovascular, embolia pulmonar, etc. El traumatismo por suspensión no se produce de forma repentina, sino gradualmente. Cuanto más tiempo esté el paciente suspendido en el arnés, más probable será que se produzcan problemas circulatorios.
No se puede indicar una duración precisa de la evolución de un trauma por suspensión a lo largo del tiempo; sin embargo, los estudios son coherentes en sugerir que un riesgo grave o incluso mortal se produciría en cuestión de minutos. Por lo tanto, es necesaria una intervención rápida.
KRATOS SAFETY tiene una solución que puede ralentizar este proceso: la cinta antitraumática. Especialmente diseñada para ayudar a aliviar los efectos negativos del trauma por suspensión, ayuda a mantener una buena circulación sanguínea en las piernas tras una caída. Compacta y ligera, es fácil de colocar en el arnés y no interfiere la actividad del trabajador mientras trabaja.